• Una sociedad acrítica, sin memoria e inmersa en el relativismo es una sociedad manipulable a la que se puede conducir gregariamente (como al ganado). “Y esto es lo que sucede. Y a esto han colaborado y colaboran los medios de comunicación social desde el objetivismo (el culto a la objetividad plena)”, señala G. Galdón.
• Ese culto a la objetividad plena o al objetivismo sustituye la verdad por el interés.
• La información que se proporciona es de consumo en una sociedad de consumo (todo se desecha, nada dura más allá de algunos minutos).
• Hay un frenético utilitarismo de modas pasajeras.
• Y como consecuencia de todo ello se da una teleología del éxito individual y una sociedad cada vez más inestable, inmadura y sometida a los dictados de los creadores de las ´modas culturales´.
• Así se llega finalmente a una sociedad manipulada e ignorante de su propia esclavitud.
• Venzamos la desinformación y la manipulación con un sentido crítico y creativo, con ciertas virtudes que nacen de la más profunda vocación del comunicador:
• El sentido vocacional, en cuanto se identifican el proyecto personal con las exigencias y la finalidad de la actividad.
• El sentido personalista: con una visión cabal de la dignidad, la naturaleza y los fines del ser humano (la verdad sobre el ser humano y la naturaleza de sus acciones).
• El sentido ético, que abarca la consideración, el desarrollo y el ejercicio armónico de las virtudes intelectuales y morales de las personas.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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