domingo, 14 de septiembre de 2008

La Polémica, la Inexactitud Informativa,

Hay que partir de que la esencia de la crítica y de la polémica, es decir del debate, de la presentación, la discusión y la defensa de las ideas, no está en la explosión o desborde de las pasiones y en la defensa a ultranza de una opinión, como si fuera una verdad manifiesta, sino en la capacidad de profundizar en el problema hasta encontrar las verdaderas causas, explicar los elementos y los procesos, a fin de demostrar, subsanar y superar los fenómenos negativos o las opiniones infundadas. De esta forma, la Crítica o la Polémica contribuirán a solucionar urgentes problemas que se presentan en la sociedad, especialmente en temas controvertidos.

Respecto a la Inexactitud Informativa se aborda el tema de aquellos que reconstruyen la noticia, según sus propias necesidades y según su capacidad intelectual, manifestando una “verdad” particular y estrecha, bloqueada por los caprichos personales, por la egolatría y hasta por el fanatismo, todo lo cual es evidentemente dañoso y por tanto inmoral.

Acerca de las Suposiciones y los Rumores, debe señalarse que en base a “bolas” o “runrunes” no solo no se puede sino que no se debe hacer informaciones. Toda suposición o todo rumor hay que desvirtuarlo mediante la confirmación de si determinado hecho se produjo o no. Cabe, sin embargo, señalar que muchas veces el comunicador tiene un olfato o intuición periodística, que surge como producto de la experiencia. Pero, de ninguna manera tal “intuición” o pálpito es algo seguro. Simplemente es un primer dato, que debe confirmarse. Por eso toda suposición hay que probarla, todo rumor que desvirtuarlo hasta que se confirme.

La calumnia y la difamación, es decir, mentir respecto a alguien o algo y atentar contra la honra y la buena fama de personas e instituciones constituyen un agravio moral, que incluso puede llevarnos a los tribunales y a purgar condena.

La Propaganda Política y la Información Tendenciosa
En síntesis, la propaganda política es la libre difusión de ideas, la exposición legítima de un punto de vista particular con el fin de ganar adeptos o prosélitos (seguidores). Responde así al derecho a la libertad de expresión y al derecho de agruparse políticamente para trabajar por el Bien Común. Y eso tiene cabida en los partidos políticos y en los medios de comunicación, que sirven de vehículos de resonancia de esas ideas, especialmente en las campañas políticas.

Sin embargo, cuando la Propaganda se utiliza veladamente en la Información y en la Opinión entonces se convierte en demagogia (política que halaga las pasiones de la plebe) y por tanto ya no cumple su finalidad de exponer una visión o una verdad particular, sino que trata de desinformar y manipular la conciencia ciudadana metiendo de contrabando noticias y opiniones interesadas, con una visión sesgada de las cosas.

Precisamente, la tendencia no es otra cosa que el empuje hacia una actitud o toma de postura, de tal forma que el comunicador coacciona al receptor. Es decir, mediante el uso de la información tendenciosa se trata de disminuir la libertad del destinatario de la información, destacando aquella parte de la noticia que por razones ideológicas, políticas u otras particulares convienen al informador o al medio informativo.

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