domingo, 14 de septiembre de 2008

CONCEPCIONES DE LA ÉTICA PROFESIONAL

Vale abordar ciertas concepciones pragmáticas y utilitarias que formulan o manifiestan algunos profesionales al considerar su ejercicio en forma egoísta y dejan de lado su ser responsable y de servicio a los demás. Para ellos, la profesión es una rutina, un hecho aislado o un accidente (algo accidental).

Concepción Materialista (mater, materia, cosa). Ayudándonos con el lenguaje podría expresarse así: “es bueno ser profesional porque así obtengo progreso, dinero y fama. En suma, éxito en la vida. Soy profesional y soy exitoso. Soy un ganador y no un perdedor, como otros”.

Concepción Hedonista (hedoné, placer, autocomplacencia). Puede expresarse así: “Que bueno es ser un profesional porque así me complazco en mostrar o exhibir lo que soy ante el mundo”. Es la típica posición del narciso, del “figuretti”, del que le gusta llamar la atención de los demás.

Concepción Pragmatista (pragmatismo: práctico, con resultado inmediato). Suma la materialidad y el hedonismo. En el idioma puede expresarse así: “Solo lo útil, lo que me presta un servicio, lo que me da frutos o me deja una ganancia sirve para mi profesión y para mi vida. Lejos de mí la generosidad, que está bien para los tontos y los estúpidos que quieren ayudar a los demás; además quienes están esta situación lo merecen por su propia dejadez, su propia indolencia y porque no se han sacrificado como yo ni se han quemado las pestañas estudiando”. También, se puede expresar de esta otra forma: “Soy un profesional por mi propio esfuerzo; y además lo soy para tener plata y éxito en la vida”.

Concepción relativista. En el fondo tiene un poco de todas las anteriores, pero se caracteriza porque para este profesional nada es estable, no hay valores absolutos (todo es relativo, todo es cambiante, todo es fugaz), de tal forma que tampoco existen unas profesiones totalmente delimitadas por su contenido, ya que la profesión –para ellos- no es idéntica en todos los lugares y en todas las circunstancias. “Me da igual ser experto en Comunicaciones que en Derecho. Total, de alguna forma hay que ganarse la vida”.

Concepción personalista: La visión personalista de vida y de la profesión no es solo una actitud, una postura o un punto de vista más o menos coherente. El Personalismo es toda una filosofía que abarca el universo de la persona, que es el universo del ser humano. Puede expresarse así: “Yo me realizo en mi profesión. Esta es mi vocación, esta es mi elección. Quiero ser un gran profesional respetando los derechos de los demás”. Su propugnador es el filósofo francés Emmanuel Mounier (1905-1950), quien ha expresado su filosofía en El Manifiesto al servicio del Personalismo, Revolución Personalista y Comunitaria, así como en el Tratado del Carácter.

Junto a este pensador católico figuran Martín Buber (Yo-Tú), Ignace Lepp (La Comunicación de las Existencias, Psicoanálisis del Amor, Psicoanálisis de la Amistad, La Existencia Auténtica…), Maurice Blondel, Henri Bergson, Jacques Maritain (Humanismo Integral), Gabriel Marcel (Diario Metafísico), Julián Marías…

La filosofía Personalista de la profesión tiene una inspiración netamente cristiana pues pone en el centro, como sujeto de derechos y deberes, a la persona humana, dotada de libertad, creatividad y de una misión de servicio hacia los demás.



¿NUEVO ENFOQUE DE LA ÉTICA PROFESIONAL?

El enfoque moderno de la Ética Profesional señala, en principio, que solo aquel que es profesional en tu rama puede calificar tu trabajo e indicar si es correcto o no.

También la Ética Profesional alude a la existencia de un Colegio y de un Estatuto o Código Deontológico.

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